Hay una parte de ti que lo sabe,
que conoce en el fondo de ese corazón inquieto
que te busco en las sombras,
que me muevo entre cortinas rasgadas,
y velos de terciopelo.
Me encanta imaginar que te estremeces
al saber que no te encuentro,
aunque también me gusta saber
que esa piel sigue impoluta
esperando ese reencuentro imposible.
Cuando las luces se apaguen,
cuando te vayas a la cama sola o acompañada,
siempre me tendrás presente,
incluso cuando él se introduzca en ti
y llene cada recoveco de tu ser.
Te morderás el labio y no lo harás por la pasión del momento
sino para acallar mi nombre
que surge de tu pecho como un huracán
y recorre como en susurro todo tu cuerpo,
y lo acaricia hasta llegar a esos deliciosos pies desnudos.
Y al desgarrar las sábanas con las uñas y cerrar los ojos,
dejarás de lado la ética, el miedo y las dudas
e imaginarás que soy yo el que está ahí,
porque el único consuelo se halla en tu interior,
dentro, muy dentro, en ese lugar tan anhelado y que pocos conocen.
Escrito por Kay Nuit. Todos los derechos reservados. Copyright 2022.