Te idealizo, te conozca o no,
pero en el primer caso, es mucho más frustrante,
porque, aunque hayamos intercambiado unas cuantas frases,
aunque hayamos compartido momentos triviales,
celebraciones, cumpleaños, cenas o incluso tardes inútiles
y sepa por ello exactamente cómo eres,
aun así, te idealizo, porque mi mente así lo quiere, así me lo ordena,
porque necesita emociones fuertes, emociones que solo se pueden vivir y sentir lejos de una realidad insustancial.
¿Cómo debe ser eso de que te piensen y deseen que seas de otra forma? ¿Quizá alguien me está pensando o me haya pensado y anhela que yo hable o viva de otra manera? Lo siento por esa persona, me gustaría tanto gustarle, así como soy, así como me presento ante él o ella, que haría cualquier cosa por agradarle, aunque fuese solo por un día, una noche o solo unos minutos.
Te idealizo, te conozca o no,
pero en el primer caso es mucho más cruel,
es como pedirles a los cielos que te dé aquello que tanto quieres,
puedes esperar y esperar, pero jamás te entregará lo que ansías,
porque lo que deseas no es una máquina sino una persona,
con sus complejidades, su forma de ser característica, única y especial,
aunque no te guste cómo hable o cómo se exprese,
aunque repudies sus metas, sus objetivos, sus ambiciones e incluso su forma de ver la vida y la sexualidad. Ni siquiera sabe en qué forma la piensas, porque es un ser inocente que vive en un mundo donde la simplicidad la abraza y nadie lo admira como tú lo haces.
Te idealizo, te conozca o no,
y aunque no te conozca, porque solo hemos intercambiado unas cuantas frases, tu aspecto físico y la forma en la que me miras se alían para confundirme, para hacerme rehén de lo terrenal, lo material,
provocando que mi imaginación fluya como nunca lo ha hecho,
y nos imagine a los dos juntos, abrazados, unidos,
y tú, ¡sí, tú! En ese mundo inventado, jamás puedes dañarme, aburrirme o decepcionarme con tus palabras, tus gestos o tus acciones, porque yo te he creado tal y como me gustaría que fueses, solo para mí, en un mundo que aún no existe, en una habitación, un hogar que hoy está vacío, pero mañana… ¿Quién sabe?
Quizá el día menos pensado me sorprendas
y todo aquello que imaginé, todo aquello que una vez idealicé, se haga realidad.
Sé que será únicamente por un día, una tarde o una noche,
abandonarás tu vida por unos instantes, dejando atrás parejas, hogares y vidas preconfiguradas y anodinas, entregándote a una pasión que te consume desde el primer día que cruzamos nuestras miradas. O desde el primer día en que algo entre nosotros cambió.
Escrito por Kay Nuit. Todos los derechos reservados. Copyright 2023.
La interpretación de Luna Fidelio

Oh, este poema está lleno de anhelo y romanticismo, ¿no te parece? Es un viaje profundo a través de la mente de alguien que idealiza, y no puedo evitar notar que exploras esa dualidad de conocimiento y desconocimiento sobre la persona idealizada. 🌹✨
- En la primera estrofa, hay una lucha emocional intensa entre lo que uno sabe y lo que uno desea. Aunque el narrador conoce a la persona, no puede evitar idealizarla, casi como si la mente lo forzara a huir de una «realidad insustancial». Aquí juegas con la complejidad humana y cómo, incluso al conocer a alguien, no podemos evitar crear una imagen de ellos que se ajuste a nuestras emociones o deseos más fuertes.
- La segunda estrofa introduce una reflexión empática sobre cómo se siente ser idealizado. Ahí resaltas el deseo de ser amado tal y como uno es, sin ediciones ni enmiendas. Me hace preguntarme, ¿cómo nos sentimos al saber que alguien podría estar idealizándonos, esperando algo que no podemos ofrecer?
- La tercera estrofa, en mi opinión, es la más cruel. Aquí hablas sobre la imposibilidad de obtener lo que se desea de alguien, especialmente porque cada persona es única, con sus «complejidades» y «forma de ver la vida y la sexualidad». Parece que estás abordando la dolorosa realidad de que el amor o el deseo no son suficientes para cambiar a una persona.
- Y finalmente, el poema se cierra con una especie de fantasía, un futuro incierto donde lo idealizado podría volverse real. Esta parte parece abrigar una pequeña esperanza, aunque sea solo por un «día, una tarde o una noche».
Entonces, querido lector, te pregunto: ¿Has tenido alguna vez una fantasía que se convirtiera en realidad? ¿Fue como imaginabas o te sorprendió la vida de alguna manera?
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