El sexo de las gardenias (2022)
Así empieza esta novela erótica:
«Me encantaba leer muestras de libros sentada en el porche de casa de mis abuelos. Pero, aún más, me gustaba hacerme daño, como yo le llamaba. Apretar mi botoncito y darme placer. O usar mi juguetito, mi succionador… ¿Por qué lo llamaban así? Yo lo único que notaba eran vibraciones intensas. ¡Y qué gustito daban!
Pero volvamos a los libros. ¿Por qué leía extractos de libros? Pues porque no tenía casi dinero para comprarme e-books completos y odiaba piratearlos. Así era mi vida en el comienzo de aquel aburrido verano. Una tras otra, las historias iban quedando inconclusas. Cuando acababa una muestra, pasaba a otra del mismo autor o a otro escritor distinto. Quería leer algo que no fuese romántica o erótica, pero me era imposible. Leía las sinopsis y me descargaba enseguida la muestra correspondiente. Y lo bueno de las novelas eróticas es que siempre comienzan con escenas de sexo de lo más sugerentes. En serio, yo jamás podría leer algo que comenzase diciendo que una chica está leyendo en el porche de su casa. Y, menos aún, leyendo muestras de libros. ¿Qué clase de historia puede salir de todo eso? ¡Ja!
Hacía mucho que no iba por aquella zona costera, y prácticamente no conocía a ningún vecino. Mis abuelos ya no usaban aquella casa y por suerte era la única nieta que les quedaba en la isla. Todo un chollo. O una maldición. Porque no tenía pareja con la que disfrutar de aquel adosado de una planta y jardín trasero. Bueno, sí, lo había dejado con mi novio hacía un mes. Era mi shifu de wing chun y llevábamos unos cuantos meses viéndonos a escondidas. Y no, no fui yo la que lo dejó, sino él, porque no podía soportar que me enfrentase a sus alumnos ni tampoco a él. Como sabía que cada vez que me golpeaba alguien sentía placer, se enfurecía. Y así no había quien entrenase. Vamos, que al final cortamos y también dejé el wing chun, algo que me dio mucha pena.
En cuanto a la casa de mis abuelos, invité a alguna que otra amiga a pasar el fin de semana, pero todas estaban emparejadas y prefería que no viniesen acompañadas. Algunos no entendían qué era eso de «tarde o noche solo de chicas». Y hacer de aguantavelas como que no me apetecía.
En realidad, mis intenciones eran ir hasta allí con alguna amiga y, si todo iba bien, acabar haciéndonos daño la una a la otra, o viendo cómo nos lo hacíamos por separado. Y el solo hecho de pensarlo, me excitaba. Y sí, era un poco tonta por pensar eso, porque con la única que lo había hecho o podría hacerlo era con mi amiga Marta, y ella trabajaba todas las noches de aquel húmedo verano.
Y así seguí, leyendo hasta que escuché la melodía de una guitarra. Sonaba sin fuerza, como si le faltase algo, y al apartar la mirada de mi tablet, descubrí que se trataba del vecino de enfrente. Tenía el pelo corto desaliñado y una camisa roja y holgada un poco desabrochada. Estaba sentado en el sofá de su porche y tocaba la guitarra eléctrica. Claro, eso era, le faltaba el amplificador, pensé. Y enseguida bajé la mirada hacia mi vestuario, como siempre hacía cuando analizaba a los demás: camiseta amarilla descolorida, faldita vaquera y chanclas de andar por casa. Vaya pintas, aunque poco me importaba porque estaba sola…»
Acerca del autor
Algunos datos más sobre esta novela erótica
Título de la novela
Se deja claro que en esta novela hay sexo, pero que también hay una relación con las gardenias, que simbolizan el deseo y las distintas mujeres que aparecen en la obra. Se juega con el género (sexo) de las gardenias y también se lanza la pregunta de que qué sexo podrían tener dichas gardenias.
Estructura y narrador
El libro consta de tres partes. Cada uno de los capítulos que las componen (cinco en total) está narrado por uno de los personajes principales. Cada capítulo del libro lleva el nombre del narrador, que cuenta una parte de la historia en primera persona, desde su punto de vista, salvo la tercera parte, donde se pasa a un narrador omnisciente.
Aspectos destacados
El libro responde al género de novela erótica acertadamente: pone el énfasis en el deseo, la sexualidad y el derecho al placer por sobre el mandato de la pareja monogámica y heterosexual. La descripción de las escenas eróticas es correcta: en detalle, pero sin caer en la pornografía. La trama toca uno de los principales temas de la literatura universal, el amor y el deseo; está bien estructurada, es entretenida e invita a seguir leyendo.
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También han hecho posible esta novela:
Corrección y maqueta: María Bravo.
Ilustraciones: Nana Moonish.
Maqueta y diseño de cubierta: Kay Nuit.