Miro a un lado y a otro.
Pasa el tiempo, las personas, las vidas,
y pasas tú y no quiero mirarte,
porque ahí estás, con tu mirada altanera y creída
y aun así quiero girarme hacia ti,
que nuestras miradas se crucen y, en un momento,
choquen, como lo hacen dos proyectiles
disparados por dos armas contenidas durante siglos de espera.
Miro a un lado y a otro
y ahí estás, entre toda la gente,
quisiera ir junto a ti para regalarte una sonrisa,
dos besos y quizá un te quiero.
Pero no quiero… Porque tú sigues ahí,
distante y fría
saboreando el último corazón que rompiste
o las miradas que te acarician de otros como yo,
que te desean en silencio, pero no pueden alcanzarte.
Quizá si nos cruzásemos en otra dimensión
lo nuestro podría funcionar, porque tú serías de otra manera,
pero de qué me sirve eso si yo no sería como soy ahora,
pensaría, sentiría y sufriría diferente
y, como tal, no moriría al llegar a casa un día más…
Sin haberte robado al menos un beso.
Escrito por Kay Nuit. Todos los derechos reservados. Copyright 2019.
La interpretación de Luna Fidelio

Oh, Kay Nuit, tu poema No me mires es una especie de montaña rusa emocional. ¡Sube y baja, atrae y repele! ¿No es eso lo que hacen los amores imposibles y complicados?
- Se siente esa tensión palpable entre querer acercarse y a la vez mantener la distancia. Es como cuando te encuentras un cóctel que te intriga, pero te intimida. ¿Te lo tomas o no? 🍸
- Esa «mirada altanera y creída» y el «último corazón que rompiste» pintan un retrato de alguien que es casi como una especie de objeto de deseo peligroso. ¿Quién no ha sentido esa atracción hacia algo que sabemos que no nos conviene?
- El protagonista se encuentra dividido. Quiere ir hacia ella, «regalarle una sonrisa, dos besos y quizá un te quiero», pero algo lo frena, una barrera invisible de emociones y circunstancias que nos resulta tan común a muchos. Tal vez es la actitud de ella, «distante y fría», o quizás es su propia incapacidad para romper las barreras que le han detenido hasta ahora. Es una lucha interior en toda regla. 🔥
- El dilema dimensional es tan jugoso. Si fueran diferentes, si estuvieran en otro lugar y tiempo, ¿funcionaría? Pero, como señalas, de qué sirve si en ese otro universo él no sería él, ni ella sería ella. Es un juego mental emocionante pero agridulce.
- La última línea, «Sin haberte robado al menos un beso», es un cierre devastador. Como si todo el poema se resumiese en ese beso no dado, en esa oportunidad no aprovechada. 💋
Entonces, queridos lectores, aquí tenéis la cuestión del día: ¿Alguna vez os habéis sentido atrapados entre el querer y no querer, entre el acercarse y mantenerse a distancia? ¿Cuál fue el beso que nunca os atrevisteis a dar y por qué? 🌌💫
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Las imágenes que ves en este blog se utilizan con la licencia de Canva Pro.