¿Qué pasaría si cambiases y te volvieses completamente sexual?
Dejarías la estupidez de lado,
esa mirada tímida y distraída se volvería salvaje
y te abrirías a un nuevo mundo, repleto de bondades y orgasmos inolvidables.
¿Qué pasaría si cambiases y te olvidases de nuestro pasado?
Actuarías como si fuésemos completos desconocidos,
al fin nos observaríamos y nos trataríamos como dos seres nuevos que se desean
y se dejan llevar por la lujuria del momento.
¿Qué pasaría si cambiases y me llamases a escondidas?
Porque no puedes dejar de pensar en mí,
porque no ves la hora de que llegue nuestro próximo encuentro,
porque cuando estás con él, no dejas de pensar en mí.
¿Qué pasaría si cambiases y gritases mi nombre en lugar del suyo?
¿Acaso crees que te acogería en mis brazos?
Solo anhelo lo prohibido de nuestros encuentros,
porque de lo conocido, ya estamos hartos los dos.
Si cambiases y fueses totalmente sincera,
no solo contigo misma, sino también conmigo,
me dirías al oído o me confesarías cara a cara
que estás dispuesta a cumplir todas nuestras fantasías.
Leyendo mis pensamientos comprenderías lo que ha estado tanto tiempo oculto
y quizá te alegrarías, quizá te ilusionarías, quizá te halagaría,
quizá me dirías que por qué no caíste antes
y te dejaste llevar por unas caricias que pueden robarte el aliento.
Quizá, si cambiases, te alinearías con tu exterior,
tan terso, libidinoso, suave, jugoso, precioso, lujurioso,
qué condena la tuya, conformándote con existir,
vagando por brazos que no te desafían
ni te estrechan con la pasión que te mereces,
bocas que no te devoran todos tus rincones,
palabras que se las lleva el viento
por no saber que, lo único que deseas, es que te digan lo perfecta que eres…
Cuando cambias y te dejas llevar.
Escrito por Kay Nuit. Todos los derechos reservados. Copyright 2023.
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