Sal de ahí, no tienes por qué tener miedo,
no hay nadie que sepa lo que hiciste anoche
y mucho menos lo que deseas
o lo que llevas en el fondo de tu corazón.
Sal, muéstrate al mundo tal y como eres,
ya tengas unos gustos u otros
estés con una o varias personas,
eso qué importa
si es lo que eriza tu piel
y llena cada uno de tus pensamientos.
Bailemos juntos al compás en esta noche estrellada
y contemplemos cómo nos miran los demás astros atrapados,
porque en el fondo nos desean y anhelan ser como nosotros,
seres libres y completos
que no les hace falta nada más en este mundo,
solo una breve charla, una leve mirada y un fugaz beso.
Quizá mañana tus mejillas se enrojezcan por lo vivido,
tal vez un intenso calor salga de tus entrañas
recordando lo que proclamaste a los cuatro vientos
y tal vez sonrías en silencio y en soledad.
Es la misma sonrisa que tenías en tu niñez,
cuando eras libre de ataduras y solo te guiaba
el seguir queriendo jugar y explorar otras opciones.
Aún veo a la niña o el niño atrapado en tu interior,
aún contemplo en tus ojos algo que te hace única o único,
no lo pierdas, no lo abandones,
ya que es tu última salvación
en un mundo plagado de mentes encerradas en credos de otros,
ideologías que te marchitan y te quitan la aventura que te mereces.
Corramos por el bosque de la libertad
y amémonos bajo la luz de esas estrellas que jamás podremos conocer.
Escrito por Kay Nuit. Todos los derechos reservados. Copyright 2021.