Flotando en uno de los compartimentos del spa del hotel donde nos alojamos ese fin de semana pensé: Viva la vida hedonista. El placer por el placer inmediato y sensorial. ¿Se podría vivir así eternamente o si siempre vives así no lo llegarías a valorar? Parece ser que estar incómodo la mayor parte del tiempo te hace apreciar los lujos cuando estos llegan a tu vida, aunque solo sea durante un día y más aún si por medio hay una fantasía sexual como la que voy a contar a continuación.
En la zona central al aire libre había una piscina con un puentecito que la cruzaba que, por alguna extraña razón, me hizo gracia. Pero lo que me dejó boquiabierto fue el bar incrustado en uno de los extremos de la piscina para poder tomarte algo sin salir del agua. Rodeando dicho bar había unos asientos de azulejos sumergidos donde te podías sentar y tener medio cuerpo dentro del agua, al igual que las copas que te estabas tomando. ¿Qué más puedes añadir a toda esa experiencia sensorial?
Ah, se me olvidaba, la piscina no cubría ni mucho ni poco, lo justo para poder hacer unos largos y, cuando te cansabas, te podías poner de pie sin problemas.
Era un hotel solo para adultos y eso se notaba cuando entrabas en la recepción ya que no escuchabas un solo ruido desagradable: ni berrinches, ni llantos, ni lamentos pueriles. Un lugar ideal para ir con tu pareja, desconectar de la rutina y darte un capricho, ¿por qué no?
Y qué decir de la comida y bebida, todo un espectáculo de sabores. Hasta los mismos camareros te invitaban a que te llevases las últimas copas a la habitación, ¿cómo os quedáis? Aclaro que cogimos el todo incluido, que no era mucho más caro que la media pensión o solo el alojamiento.
La experiencia
Bien, después de esta introducción sensorial que he hecho, me gustaría pasar a contaros una de las experiencias interesantes que tuvimos en este hotel. Y ocurrió justamente la segunda vez que estuvimos con motivo de mi cumpleaños. La primera vez que fuimos fue en junio y la segunda en septiembre de 2019.
Bien, tengo que decir que en la segunda ocasión volvimos a coger la habitación con jacuzzi privado (situado en la terraza de la primera planta). Esas habitaciones tienen un precio algo elevado pero valen la pena si quieres estar tranquilo y a gusto con tu pareja. De hecho si sois más de dos también estaría de lujo, pero claro, no sé si ese hotel acepta que se puedan alojar tres adultos o más en una de esas habitaciones. Supongo que sí, si pagas el precio. ¿No es un hotel solo para adultos? Pues ya está.
Nada más llegar, como ya conocíamos el hotel, la piscina con puentecito y bar y el spa, optamos por irnos directos al jacuzzi que, por desgracia, no funcionaba como tocaba. Estaba a medio llenar y, por lo tanto, los chorros salían con potencia hacia afuera. Todo un espectáculo. Y para colmo el agua no estaba caliente del todo. Creímos que estaba así porque le faltaba llenarse más, pero comprobamos al cabo del rato que seguía en el mismo nivel de agua.
Tras bajar a recepción para avisar del percance con el jacuzzi, nos fuimos a comer y a tomar un par de copas más para después volver a la habitación. Supuestamente un técnico había revisado la bañera de hidromasaje y debía funcionar bien.
Pues no, seguía igual.
Como queríamos aprovechar las horas y el tiempo que estábamos allí, nos metimos en el jacuzzi y comprobamos que si éramos dos, este se llenaba bastante más que si era solo una persona la que estaba en su interior.
Al cabo del rato, comenzamos a escuchar en la terraza y habitación de al lado, a una pareja joven que también se metía en su jacuzzi y charlaban un rato. Después comenzaron a hacer el amor, o eso parecía por el sonido del agua y de sus cuerpos chocando. Nosotros soltamos una risita y nos preguntamos si de verdad estaban haciéndolo. Como la chica comenzó a gemir cada vez más fuerte, confirmamos nuestras sospechas.
Por lo general te cortas un poco si es de día y sabes que al lado hay alguien. Pero parecía que a esta pareja le daba igual. Los muros de una terraza a otra no son muy altos y puedes asomarte poniéndote de puntillas. Si hubiésemos sido una pareja de ancianos podríamos haberles llamado la atención (o no) por no ser discretos. Pero no éramos ni somos ancianos y aquella situación no hizo sino excitarnos bastante. Hicimos el amor en el jacuzzi con los gritos de placer de ellos como banda sonora. Daba igual que gimiésemos porque el sonido de ellos era siempre más potente.
Tras unos minutos, salieron del agua y siguieron haciéndolo sobre unas camas rígidas de exterior. Lo sé porque las terrazas de las suites son todas iguales. Y así pasó el rato, con ellos al lado acabando y nosotros haciendo lo mismo, pero dentro del agua.
Tras ducharnos y prepararnos para la suculenta cena, salimos de nuestra habitación, ¿y sabes a quiénes nos encontramos en el exterior? Pues sí, a la pareja vecina que también se marchaba a cenar. Eran jóvenes y algo atractivos, no lo niego. Ella era bastante más alta que él. Los cuatro nos sonreímos y fue la chica la que nos saludó con un «hola» algo pícaro ya que todos, supuestamente, sabíamos qué había ocurrido minutos atrás.
Durante la cena (bufé libre de lo más completo que he visto) no nos volvimos a encontrar ya que aquel lugar es inmenso y, tras tomar unos cuantos mojitos, volvimos a la habitación, muertos de cansancio.
Al día siguiente el hotel se disculpó por el tema del jacuzzi y al fin lo consiguieron arreglar. Por las molestias ocasionadas nos obsequiaron con unas horas extras de habitación. Las aprovechamos sumergiéndonos al fin en agua cálida y disfrutando de las burbujas y los chorros a presión sobre nuestros cuerpos desnudos.
Y poco más, ese día era mi cumpleaños y nos marchamos del hotel a las 16 ya que habíamos quedado para soplar las velas.
A la pareja vecina no la volvimos a ver.
La imaginación vuela cuando te ocurren cosas como estas, llámalo fantasía sexual o experiencia erótica. O será que me vuela a mí porque mi mente es como es y comienza a imaginar lo que no fue y podría haber sido. Quizá. No digo nada más, ahí que cada uno fantasee con lo que le hubiese gustado vivir si hubiese estado en mi piel.
¿Y tú? ¿Has vivido alguna experiencia similar? ¡Déjamelo en comentarios!
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La opinión de Luna Fidelio
¡Vaya aventura la que nos relata Kay! Sumergirse en un fin de semana de hedonismo en un spa solo para adultos es, sin duda, un sueño hecho realidad. La descripción que hace Kay de este oasis de placer nos lleva directamente a ese estado de ánimo donde todo es posible y el disfrute sensorial es el protagonista.
- Lo interesante de esta experiencia, más allá de la lujosa piscina y los asientos sumergidos, es la reflexión sobre la vida hedonista que Kay plantea. ¿Podríamos vivir eternamente en busca del placer inmediato, o acabaríamos por no valorarlo? Es una pregunta que nos invita a pensar en el equilibrio entre el disfrute y la apreciación.
- Y luego, por supuesto, está el episodio de los gemidos provenientes de la terraza vecina, que terminó siendo la banda sonora inesperada de una tarde de pasión. Kay y su pareja se encontraron inmersos en una situación cargada de erotismo y espontaneidad, lo que nos recuerda que a veces, las experiencias más intensas son aquellas que no planeamos.
- Lo que me parece especialmente fascinante es cómo Kay nos lleva a través de esta anécdota, desde el descubrimiento inicial hasta el encuentro casual con la pareja vecina después. Hay una especie de camaradería implícita en esos momentos compartidos, una conexión silenciosa pero potente.
- Este relato es más que una simple anécdota de vacaciones; es una exploración de los deseos humanos, del placer compartido y de las conexiones que pueden surgir en los lugares más inesperados. Es también un recordatorio de que la vida está llena de sorpresas y que, a veces, las situaciones más inesperadas son las que permanecen con nosotros.
¿Y tú, has tenido alguna vez una experiencia similar? ¿Te atreverías a sumergirte en un fin de semana de placer hedonista? Comparte tus historias y pensamientos, y no olvides suscribirte para más relatos apasionantes como este.
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¡Hasta la próxima aventura hedonista! ¡Besos!
🏨 Hotel del que se habla: Viva Suites & Spa Adults Only.